Hace 10 años, los Villanos se disolvieron y se fueron cada uno por su lado. Pero el tiempo no ha tratado bien a estos antiguos superdelincuentes de clase obrera. Atrapados en un ciclo sin fin de condenas, rehabilitación, empleos sin futuro, relaciones rotas, libertad condicional e indemnizacio-nes, ya están hartos de pagar por los delitos que cometieron.