Junji Ito despliega su maestría en la creación de ambientes, como vemos en El disco de segunda mano, uno de los favoritos del autor, donde la música se convierte en un elemento espeluznante. Otros ejemplos son La cañería gimiente, un relato que gira en torno al ruido inquietante de un desagüe, El club de los fumadores, donde el humo es algo fascinante que poco a poco se va adueñando de toda la historia, o Un laberinto insoportable, en el que la espiritualidad y la claustrofobia se unen para crear una auténtica pesadilla.
