En 1994, Emmanuel Guibert se encontró fortuitamente, durante unas vacaciones, con un estadounidense retirado que vivía en la isla de Ré. A partir de aquí, comenzaba una estrecha relación entre el excombatiente norteamericano Alan Cope y el ilustrador. Tras recopilar sus vivencias durante la II Guerra Mundial en La guerra de Alan, Emmanuel Guibert plasma los recuerdos del anciano en esta obra.