Enfrentarse a la montaña, escalar rocas, coronar picos... no son sólo reflejo de la pasión por el alpinismo, sino también una metáfora descarnada de la vida misma.
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información