Uno se acostumbra a todo, y el pobre Naoe ya está curado de espanto: no solo tiene que luchar para que Elfuda supere su obsesión por las patatas fritas, sino que otros seres sobrenaturales también requieren de sus servicios profesionales...
Este sitio web utiliza cookies, tanto propias como de terceros, para mejorar su experiencia de navegación. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Más información